Yo siempre llegando,
él siempre escapando,
y el tiempo siempre pasando
y ambos siempre muriendo.
Hoy ¿quién diría? ¿Quién?
Que en la noche llovería
y entre mis ojos hallaría
la presencia de tu rostro
sin estar tu en mi recien
creada y escasa vida.
Hoy ¿Quién diría? ¿Quién?
Que espero el regreso tuyo
con la serenidad de quien
jamás ha sufrido por lo suyo
perder sin que las culpas
le pertenezcan a alguien.
¿Quién diría? Dime, ¿Quién?
Que eres tan inocente y yo
inocente por demás de ver
el sol lejos de mí y de ti yo
y los dos lejos sin tener
culpas ni ganas de entender
que hay sin llegar a romper
ya había remedios para volver
sin habernos volteado a ver
mundos distintos, ya habían
remedios para juntos comprender
de amor y de odio, de agua,
de humedad y también de sed.
¿Quién diría que ya habían
remedios para curar nuestro mal
que no era de amores ni de sal,
que era solo mero afán
de libertad falsa y condicional?
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