Tapiz Amarillo (Tú)

Todas las preguntas se sumergen
dilatadas entre mis pechos redondos
con falta de hilo y buen sostén
como  dios emigrante del cuerpo
sin haber el cuerpo emigrado del
Las preguntas se dilatan al ser
punzadas directas al omóplato
en su frontera con el pulmón
sonido bruto y mal corazón
con señales borradas por humo
sin comprender que pasar ratos
es la visión del hombre necio
que se traga lo que yo me fumo
y se fuma lo que yo me trago
las palabras adoradas palabras
de mi pecho el sonido vago
ritual de sexo sin esas amarras
colgadas de la excusa del amor
y del culantro soñado en la cocina
vuelto deseo de mujer y olor
de plato de hombre amado 
sin llegar a ser encontrado
entre las realidades lo deseado
colgué mi cuello a tu piel
resistió su grosor de macho
desistió de su venida mujer
olvidó el paraguas para mí
y llovió desde ayer en mi pelo
siempre sobre mi pelo amurallado 
llovió comenzada desesperanza de ti
a que llegaras hoy con tus dados
apostando seis míos a besos
cinco a uno fundidos, dos atados. 

Delirios

Crezco ardiente y espesa
imagen podrida de amor
lo podrido por ser cruel
lo de amor por la culpa
que me abraza con papel
y con distancias muere
de germen de besos
memorias moribundas
vivas en mis huesos
atadas a mi vientre
poblado de tus manos
huído en falsas alas
sin plumas ni vida
consonancia de respiro
casi inagotable placer
crezco espesa y ardiente
sobremesa dilatado azul
que marca el tú andante
y olvida el yo baúl
echando de menos aquí
siempre a Santiago

Utopía de Santiago

No se cuando las casualidades
fueron inventadas, construidas,
manejadas, sentidas, crecientes,
pero todo lo casual con palabras
se hizo carne como un Cristo
como un drama clásico exquisito
y las palabras llegaron al trago
y a la cerveza y a sonar las cuerdas
y llegaron a una indumentaria dichas
las palabras llegaron a sus posturas
de rojos, negros y blancos colores
para aterrizar en un quinto balcón ajeno,
los cuatro y los dos en un balcón
con las mismas palabras anglosajonas
convertidas en academia de pueblo.

Dije todas las palabras que pude
los deseos torpes y dormidos de dama
y los misterios sigilosos de caballero
arroparon las estrellas en vigilia
y San Juan fue santo y calló todo a solas
y no dijo con las palabras que dije yo
lo que se convirtió en un roce metafórico
de distancias acercadas por lo casual
y lejanías entre una primera metrópolis
y la añorada riqueza de colonia huida
fundidas en un beso de pieles y eles
y zetas con sonidos de ches y eses
y encuentro de corridas y venidas, jotas
que son lo mismo y se dicen distintas.

La magia de las palabras creció siempre
y el tiempo era siempre poco y traidor
insuficiente y rápido y cada vez menos
dando siempre más a las fronterizas manos
que me tocaban y lo tocaban de nervios.
Las palabras se consolaron en esperas,
en labios con labios con pieles con pieles
y miradas con ojos extraños y tan de cerca
que nacieron raíces a mi vientre poblado
de soledades y realidades incompletas,
las llamas quemaron el recuerdo de aquél
primer cenicero al que fui fuego ardiente.
Las llamas quemaron el conformismo
todo ha sido un cambio de fuego y sol,
ahora tres lunas lo han sido todo y más
me pesa que sea lunes y ayer domingo
y que no haya otro tropiezo con aquella
desesperada casualidad que comenzó
pura y sigilosa, con palabras, cuerdas,
indumentarias, fronteras y patriotismos.

Me pesa que mi respiración ya esté seca
y no la mojes con tu tacto ido a mi rostro
poniendo a prueba mi fortaleza al no
y mi resistencia al sí con tanta música
y tus dichas miradas de mí divergentes
al cristal y a las personas mientras palabras
se sumaban siempre a la experiencia esa
que fuimos con sudor y luces casi tenues.

Hubiese querido

Hubiese querido que el amor
se hubiese quedado adentro,
enterrado en cada gota roja
que en mi ser habita hoy.
Y hubiese querido conocer
a quien amé, antes de amar.
Y hubiese preferido quizá,
una historia sin suspensos,
sin puntos finales ni metáforas.
Hubiese preferido saber
antes de andar, que aquél
ego flaco y desnutrido iba
de mi alma a ser quebranto
y de mi alma un seco llanto
y a mi alma pura catarsis.

Yo hubiese preferido besos,
abrazos, detalles y pasa días,
flores, cartas, fotos, marcos,
orgasmos, conversaciones...
Hubiese querido el cielo negro
y lunas plateadas, llenas, lindas
en vez de huidas en la tormenta.

Yo hubiese querido tantas cosas
que no hubiese aprendido jamás
a quererme a solas primero y
a brillar mis zapatos cada noche
y pintarme los ojos para el baile.

Hubiese querido tantas cosas yo,
que me hubiesen hecho olvidar
que la compañía no se espera,
no se mendiga, no se suplica,
no se pide ni se reclama; llega.

Hubiese preferido amarlo más,
pero el día es hoy lo importante;
el sol y las famosas aves blancas
que decoran siempre los versos
de los poetas más grandes...

Hoy digo que hubiese yo mil veces
preferido amarlo más tiempo,
pero amarme le resultó mejor
al Universo, que me hizo llorar
y me hizo al mismo tiempo
reina de mi soledad, reina amante
de las noches y de mí misma.
El Universo que me traicionó
para bien, para crecer y madurar.


Nota: El tiempo no sana, sanas tú con el tiempo si te das el espacio necesario para estar herid@. Algunas personas sanan más rápido que otras las heridas, pero siempre se sana. Solo hay que desesperar cuando sea necesario y esperar siempre a que las cosas mejoren.

Soñaba solamente

 

Anoche soñé que me iba yo

y te dejaba irte al fin de mí

y te dejaba irte al fin

y te dejaba irte

y te dejaba ir

y te dejaba.

Irte

soñé que te dejaba

irte por fin de mi pecho

y convertirte en mi recuerdo

convertirte en alguien

que pasó sin quedarse,

que pasó y se fue,

que pasó rápido,

que pasó.

Pasó

mi sueño,

como tú que fuiste

una estadía sobre mí

y te fuiste sin yo querer,

que te fueras así de prisa,

y de prisa desperté,

para dejarte siendo

un pasillo negro

de mi sin ti

para dejarte

siendo mi memoria

mis memorias,

las favoritas.



Tú en mi guerra

Hermoso cómo la muerte cuando llega
como cuando mueres en entera agonía
como morirse estando muy hambriento
o como el misterio de ser decepcionado.
Tu rostro llega siendo casi un milagro,
como un milagro a la muerte si vives
como un milagro a la eternidad si amas..

Hermoso como la vida viene a mi rostro
como un nacimiento en tiempo de crisis
en una tierra que es imperio sin nación.

Me pediste volver

Encontré en mi descanso
congeladas las memorias
que dejaste en mi vientre,
heladas en este silencio
que está tan acompañado
de soledades y de sombras
que son tú y nada más.

Hallé en mi conciencia
todo lo que abandoné
cuando pasabas de prisa
por mis brazos dormidos
y los despertabas rojos...
Te encontré regalándome
unas lindas fotos caprichosas
que e tenían a ti conmigo
y estábamos atados allí
sonriendo y posando; amigos,
amantes, novios y deseos,
todo en aquellas fotos vi.

Estabas regalándome fotos
en manila amarillo y gastado
como todo lo que somos
un recuerdo, fotos y sobres...

Me diste todas nuestras fotos,
hasta las que no nos tiramos,
me las devolviste llorando
como un niño desafortunado,
me devolviste todos los días
que nos fundimos abrazados
en la niebla o bajo el sol.

Llegaste a devolverme todo,
me trataste tan gentil, amor
que quise regresar a nosotros
y quise decirte que sí; deseos.
Quise contestarte un sí firme
cuando me preguntabas tibio
si quería volver al amor aquél
de tontos, de risas y cosquillas,
pero me quedé inmóvil allí
y nada pude decir; terminó.

Nada pude decir y ahora bien
pienso en lo arrepentida que voy
por no haber aprovechado
tus deseos de regresar y de vez
amarte como lo deseo desde
que nos  apartamos sin razones,
pero permanecí callada y sonó
la alarma del despertador...
No aproveché ese sueño, amor
en el que querías volver
y desperté para regresar a aquí,
a la rutina en la que nunca
regresarás a devolverme las fotos.

Guaguancó

Ya casi no paso por aquí, pero he estado organizando algunas cosas en mi vida. Aquí les dejo el poema con el que obtuve Mención Honorífica en el Certamen de Literatura de Generales en la UPRRP. Gracias a todos por leer. Que bailen mucho mientras leen.

 Guaguancó

Arrastro con mis pies inquietos
El cantar de la superstición
Llegada a mis noches jóvenes
Por su cuenta, sin que lo pida
y tiemblo como si el sonido
de la clave en un tres por dos
o en un dos por tres, la clave
saliera de mi visible blanca negrura
Pero es la vellonera la que grita
Y declama la vida y aclamación
De mis ancestros que a sus santos
Por la suerte elevaron plegarias.

No entiendo mucho de santos
Ni de mal de amores ni de eso
Que es guaguancó, cha cha chá,
No se de suerte ni de guaracha,
Pero arrastro con mis pies inquietos
Las ganas de mover y soltar,
dejar irse los males en la sal

Del sudor, y pisar los problemas,
Convertirlos en guajira un rato
Y pisarlos bien fuerte, sonriendo
Mientras el roce del tuncutum pá
Y el tun tuun tun tuuun me hacen
Esclava digna de mover un poema
Con las caderas, agarrada de manos
De un pobre diablo sin suerte,
Pero con muchos santos en los pies,
con muchos santos en su belleza.
Declamo en mis noches jóvenes
que mi herencia caribeña silenciada
por un gigante ya es ruido, es tambor,
timbal y es también sangre del Congo.

Las penas, los males y la suerte
me seducen como ese pobre diablo
al que en diez roces y vueltas di
mi desahogada simpatía, en la pista,
en el suelo de las noches jóvenes
con furia y la rudeza de mi gente
en los talones, en las caderas y pies,
en la conciencia que conoce libremente
el bravío sonido de todo guaguancó.

Otro poema para ti

Desde que te fuiste, amor
creer en nuevas palabras
llenas de paz o de calor
es tan dificil como contar
las estrellas de dos en dos
o como las gotas del mar
con gotero intentar contar.

Desde que te fuiste, mi sol
es inevitable pensar en ti
con la nostalgia eterna esta
que llega siempre a mi
las noches del sabado sin sal
sin tu rostro, sin poderte amar.

Desde que te fuiste, vida mia
acaban tan rápido los días,
sin esperar volver a besarte
porque mi realidad es verte
y ni si quiera poderte hablar,
debo conformarme ahora
con verte los domingos allí
al lado del altar, con tu guitarra
y con tus lentes, en tu lugar,
al lado del altar mientras yo
sueño con estar frente a el
para  jurarte quererte, yo
quererte hasta el fin del tiempo.

Desde que te fuiste, mi cielo
he jugado tantas veces a olvidar
que tus besos eran consuelo,
que tus abrazos eran mi hogar.
He jugado a sanar mis inviernos,
a sentir que me ha de bastar
saber que algún día al vernos
andarás con alguien, sin mi.

Desde que te fuiste, licenciado,
no encuentro las palabras precisas
para acércame a ti y con cuidado
convencerte para que decidas
otra vez regresar; te echo de menos.

Desde que te fuiste, mi corazón,
te he escrito miles de versos,
pretendiendo que los lees, versos
imaginando que te convenzo
de regresar y secar mis lagrimas
que siguen bajando cada vez
que a mi un poema se arrima
para hablarme de ti, cada vez
que recuerdo que lo siento,
que fui torpe, que mi Roberto
no regresa, que recuerdo, amor
que te amo con todo el aire
que me queda, con dolor,
con agonía, te amo como a nadie.

Tus mejillas de ella

En tus mejillas hay de cabeza
una enorme iglesia sin templo
una eternidad sin algún amor,
mil promesas sin compromisos,
esperanzas en lo vano e impuro,
gentes que no son ni personas,
personas siendo solo personajes.

Todo hay en tus mejillas besadas
por una extraa de bellos cabellos
y cintura fina, estrecha de vidrio.
Todo hay en tus mejillas besadas
por su belleza dicha por el mundo
como perfecta, como gran mujer,
en tus mejillas besadas por ella,
que no es más que huesos y piel,
ojos, cabellos, cintura; perfectas
todas besando tus mejillas, amor.

Todo lo que resume la divinidad
a los ojos de un gran planeta vivo,
está en tus mejillas y ella sin saber
te desperdicia besándote, te roba a mí,
que aún sin haberte tenido eres todo,
que aún sin tenerte eres completo
lo que poseo en deseos y lamentos...

Más o menos, somos

Más restas que sumas somos,
más inviernos que primaveras,
más golpes que caricias somos,
más copos de nieve que hogueras,
más tiempo que vida somos.
más prosas que poemas.

Menos amables que viles somos,
menos bendiciones que suerte,
menos sol que noches somos,
menos oportunidades que muerte,
menos amantes que enemigos somos,
menos eternidad que muerte.

Más palabras que sentir somos,
más promesas que cumplimientos,
más cuentos que princesas somos,
más hambrunas que alimentos,
más lentos que pacientes somos,
más tristezas que lamentos.

Cadena Perpetua

La esclava de las estrellas,
de las lunas llenas o rotas,
de las ganas y las gotas; lluvia
y del humo que no consumo....
La esclava del deseo y el ser
expuesto siempre o impuesto
de vez en cien, de cien veces

Esclava de los espacios vacíos,
de los sonidos de las clandestinas
vidas cerca de la ventana, de mí,
esclava del capital y la sencillez,
de lo vano y del orden eclesial,
de las rodillas y de las blasfemias
que nacen de mi indignación. Soy

Esclava de las preguntas secas,
de las respuestas emigrantes,
esclava de las ganas y el desánimo,
del deseo y el lamento al ido día
de hoy, de ayer, de siempre, esclava.

Adentro

La conciencia es una esfera
a su vez universo claustro
donde la verdad es motor
de cualquier mentira que habla
aunque existan voces que
niueguen que algo se ha ido.

La conciencia es un mapa azul,
verde, rojo, negro, blanco, gris...
Y realmente no conoce tonos
ni matices ni escalas ni patrones

-------ENTONCES-------

Tu conciencia es mi liturgia
mii conciencia es tu ignorancia
así que que sé verde, sé gris,
no existas, si quieres muere.
De todas formas tu conciencia
nunca será real en mi causa.

Sin ser

Sin lograr ser poeta
y mucho menos ser
artista sofisticada,
actriz de caja de diablo,
secretaria sentada
en silla de pecador,
soy quien declama,
quien representa
mi historia perfecta,
soy en exclusividad,
quien espera entumecida.

¿Quién diría?

Yo siempre llegando,

él siempre escapando, 

y el tiempo siempre pasando

y ambos siempre muriendo.

Hoy ¿quién diría? ¿Quién?

Que en la noche llovería

y entre mis ojos hallaría

la presencia de tu rostro

sin estar tu en mi recien

creada y escasa vida.

Hoy ¿Quién diría? ¿Quién?

Que espero el regreso tuyo

con la serenidad de quien

jamás ha sufrido por lo suyo

perder sin que las culpas

le pertenezcan a alguien.

¿Quién diría? Dime, ¿Quién? 

Que eres tan inocente y yo

inocente por demás de ver

el sol lejos de mí y de ti yo

y los dos lejos sin tener

culpas ni ganas de entender

que hay sin llegar a romper

ya había remedios para volver 

sin habernos volteado a ver

mundos distintos, ya habían

remedios para juntos comprender

de amor y de odio, de agua,

de humedad y también de sed.

¿Quién diría que ya habían

remedios para curar nuestro mal

que no era de amores ni de sal,

que era solo mero afán

de libertad falsa y condicional?

Redundancia

Quiero repetir una vez más
que me he descubierto mejor
desde que mi criterio, fugaz,
salió de tu presencia de temor
a la vida y a respirar aire puro.
Repetir con toda la redundancia
que exista en el mundo, que soy
mejor que las golondrinas, juro
que es verdad. Soy mejor, soy
completamente mejor y voy
evolucionando con el tiempo y
con las raíces tuyas en el pecho.