Cámbialo por otro...

El camino es árido cuando los zapatos se romper por pura coincidencia y no conoces un lugar donde esperar. Piensas en dejar tus pies libres, descalzos, sentir la brea de las calles, pero contaminarías tu piel y sentirás que debes huir del pueblo después de cada retrato y cada mirada. Caminas arrastrando tu pie derecho para que nadie, por nada del mundo, vea el blanco de tus medias a través de la ruptura y sientes vergüenza. Dentro de todo decides entrar a la biblioteca e imaginar que eres un escritor de alto rango y que mientras escribes, te acompaña un cigarrillo y una taza de café... Luego de hacer como que quieres llorar, te esquivas como quien posee un expertis en la vida y evades las penas al mismo tiempo que te ríes de tu falta de remedios para esas cosas más simples de la vida que un zapato roto a mitad de la ciudad.

Límites y espectativas

He dejado muchas cosas intermitentes por aquí. De cuando en vez, siendo hoy uno de esos días, me pregunto muchas cosas... ¿dónde he dejado mi tiempo?, ¿dónde abandoné los motivos para querer sentarme a leer unas páginas y hacer como que produzco para la vida?, ¿dónde está mi conciencia? Ya no la siento cerca haciéndome sentir perturbada. No se si ante esto asustarme o ser tan feliz como si de cosas normales se tratara. No se si puedo responder a cada interrogante sublime que llega a mis papeles. No se siquiera si puedo creerme la vida mía que parece estarse gastando entre la gente. Cada vez que conozco un poco más, para mi desgracia, siento que puedo cambiar por unos minutos de posición y ser la víctima de mis historias. Por vez primera no se decir como me siento; ¿lloro?, ¿río?, ¿grito?, ¿muero?, ¿hablo?... ¿Qué hacer?... Ese es el problema, lo encontré, simplemente no quiero saber, no quiero saber qué hacer luego de haber conocido lo que todos hacen y después yo juzgo, y para colmo termino haciendo lo que no debía hacer. Entonces comienzo a ignorar lo que debo hacer y me hundo en la poca mediocridad que alcanzo para identificar mis acciones... Olvido. Ignoro. Tomo asiento. Escapar.

Fragmento

Sumergirse dentro de la propia vida
Y no reconocer el cielo sobre el día
Para diferenciarlo de el cielo de la noche
Es como sumergirse en alguna mentira
Que acaba por dejarte sin ideas ni fe.

Comparaciones para Aguide

Comparaciones, ¿de dónde nacen? Creo que es algo que se debe entender... He comenzado a creer que nacen como casi todas las críticas a cualquier porción de existencia sobre el mundo, de la búsqueda de esa supuesta perfección que la entera humanidad cree conocer. Entonces también siento creer que, si esto es lo que entiendo, no debería haber motivo alguno para comparar una existencia con la otrasolo para probar o comprobar que creo acercarme un poco más a la perfección que el resto de mis semejantes decerebrados. Si llegara a ocurrir estaría simplemente errando y buscando también yo equivocadamente lo perfecto. Y es por eso que con tanta contradiccón entre un pensamiento y la relatividad de las cosas no debería ser, como es, esa tradición que parece sagrada y necesaria de los microcosmos en el Universo. Comparaciones ¿quién las hace? La respuesta es tan simple como cada persona que cree conocer tantas cosas de la vida que desea adueñarse de los estereotipos, es tan simple como tú, como yo... Simples existencias con una compleja crítica dentro de un todo que es la vida misma.

Casi, casi

Mi vicio de querer que pienses como yo
es un hueco en los días ordinarios
en que ni el liviano peso del calendario
hace posible que encuentre lo bello
entre los pasos falsos que siento dar.

Mi casi necesidad de verte como quiero
es un dilema entre mis ideas y la realidad,
que es solo la tuya, solo la que puedo
conseguir en tu mirada y en tu humanidad,
es un dilema entre los besos y el latir
del corazón que te llevas con esa seguridad
cada vez que las despedidas quieren venir
y llevarse nuestro tiempo a la distancia...

Mi casi deseo de que me digas lo que necesito
escuchar cuando siento que todas las demás
son más hermosas que yo, que son lo más bonito
que se ve en muchas distancia, se que no dirás
y de momentos lo comprendo y dejo de desear
tantas cosas que no me competen desear tanto
porque las prioridades se hacen distintas,
y las necesidades al igual que el motivo de llanto.

Entre tanto que es casi lo que soy o siento ser,
entre tantas cosas en que casi puedo pensar o creer,
entre mis casi llantos que son quejas desviadas,
entre mis bendiciones y mis ganas de estar sentada
en tu mesa cada día de desayuno, entre lo que casi tengo
está tu ser, casi como algo tan perfecto que amar tengo.

Fecha distinta

Estando mirando dejé de observar mis pasos.
Iba desorientada entre los muertos estando viva.
Buscaba no sentir ni padecer para no llorar
mientras olvidaba tantas versiones alegres
que podía contar de mi historia y no lo hice.
Estando con el mundo a mis pies lo quería
en mis manos para que girara a mi único gusto,
pero olvidaba que la felicidad también está
donde aceptamos lo que no se puede cambiar,
entonces desperté y agradecí por mi vida
al Creador que ignoré mientras le creí tanto.
Estando tan cerca de la victoria escupía
todo lo que podría haber sido mío y escogí
de todas las verdades la más negra para ser
mártir y sufrida, para ser infeliz y escribir
poemas llenos de lágrimas y de silencios.
Estando tan viva morí mil veces y hoy resucité
una vez más con el sol y vi tu rostro
en mis memorias, vi la verdad en mis venas,
vi mi vida en el espejo y caí rendida de amor
ante los pies de la esperanza, ahora a volar.

Ayer dije tanto

¿Quién diría que yo, la sonrisa pura,
estoy tan cerca del delirio seco?
Pues nadie podría decirlo, nadie probarlo
porque en los días de invierno hablaba
de ser tan libre y tan cercana a la vida
que nadie podría detenerme en el tiempo.
Mas hoy yo niego y contradigo lo dicho
porque el pecho se me ha ido cerrando
y soy tan torpe que fácilmente me lastimo
y dejo las uñas pegadas en el cemento
de tanto tropezar en el mismo lugar.

Hoy voy tan frágil y me quedo atrás
simplemente viendo como todos encuentran
lo que yo tuve y poco a poco dejo escapar.
Hoy voy tan débil ante la sorpresa de ser
tan incapaz de cumplir lo que me propongo.
VOy con ojos ciegos, voz silenciosa, torpeza,
pasos inestables, sonrisas fingidas, confusiones,
direcciones equivocadas, mentiras a mi misma,
manos que no hacen nada sino quemarse otra vez,
piel reseca de tanto exponerme al calor de la soledad
que siento sufrir mientras todos me acompañan.

Entre las almohadas en las que descanso hoy
ayer dormía, ya el sueño no llega por su voluntad
y las noches se van tan lentamente que agonizo.
Te llevo en mis pensamientos y en mis lágrimas,
en mi pecho y en las venas, te llevo en mi salvación
y en mis oraciones. Te llevo tanto que me dejas tú
y desearía tanto que probaras cada trago que me das
y siento su sabor amargo, pero hoy no tengo voz
para ser valiente y gritar que deseo ser muy feliz,
hoy he dejado que se vaya el tiempo y se pierda
porque me he vuelto vulnerable y débil, no me he puesto
en disponibilidad de mi misma para crecer como quiero,
hoy solo puedo conseguir lo que te doy sin tener para mi
tantas cosas que deseo, tantas cosas que son mi vida...

Dilema

Por la incredibilidad que tiene la vida,
hoy estoy un poco confundida en este vicio
de sentirme una extraña entrando por la salida
aun cuando para hacerlo tengo el permiso...

Por cada vez que he decidido cantar al viento
y no me escuchas tú, cuando al viento es a ti,
cuando decido cantarle a tu ausencia lo que siento
comprendo tantas cosas que sin querer convertí
en torturas, en penas, en desaires y desamores
y no eran mas que unas pocas de aguas turbias
que debía beber para conocer la pureza y los colores.

Y entonces cierro los ojos y siento el tiempo
volar como gaviota, como pájaro veloz sobre mi
y sin querer pierdo las horas tan dormida en ti,
dormida en desear que seas, en desear por momentos
que digas tantas cosas que quiero escuchar.

Sin desearlo, cada vez que tropiezo con tu voz
me comienza a dominar la locura de no saber ni tanto,
de no saber ni solo un poco quien debo ser para dos,
de quien debo ser para mi, para todos, para el manto...
Solamente sin desearlo, me siento tan tonta e inaccesible,
tan vulnerable, seca, interrumpida por cada cosa
que se posa en mis hombros para hacerme ver gorda
en el espejo de la vida, hacerme ver lo invisible
y quiero darte cada cosa que no poseo para mi persona
y ésto es una frustración más en mi bolsillo que borda
mi existencia y mis labios a los que no perdona
mi alma por decir tantas palabras huecas e incontenibles.

Entonces podría buscar una ciencia que estudie
todo lo que necesito comprender, estudiarla yo luego
y conocer mi presente, ése que perdí bajo los pies
cuando dejé de mirar las estrategias de mi ajeno juego...

Es entonces que entiendo que todo lo que tengo es solo polvo,
que tarde o temprano como un suspiro todo se irá de mis manos
sin que yo lo desee así, porque nada me pertenece, solo escavo
entre lo que alcanzo a ver para sostenerme del hilo que tomamos
prestado ayer para amarrar nuestras vidas un poco; amarrar "mis" cosas...

A la hora de todos llegar

A la hora de todos llegar desmayo.
A la hora de todos llegar lloro.
A la hora de todos llegar siento.
A la hora de todos llegar pienso
en en poco tiempo que me queda
cerca de tu vida, cerca de tu piel.

Intento no escribir más cuando estoy
triste y no deseo tanto estar despierta
simplemente para no lucir mal así
con lágrimas de maquillaje negro
que brotan de mis ojos tatuando palabras
en cada verso que la tristeza inspira.

A la hora de todos llegar puedo
sentirme tan invisible que grito
y misteriosamente todos están aquí
más nadie me ha escuchado gritar.

Y aguanto hoy las palabras grises
para no lucir tan mal estando así
coja de ideas, coja de alegrías
coja en las palabras que quiero decirte.

A la hora de todos llegar recuerdo
los ojos que amé, los labios que
me hicieron llorar tantas veces y que aún,
pasa el tiempo y no me han vuelto triste.
A la hora de todos llegar no tengo
opciones ni alternativas para elegir
entre amar mis lágrimas o la decepción.

Se ve bien de rosa

Me detuve en el tiempo a lamentar, a llorar.
Me senté en esta banca a sentir el dolor
Llegar por entre las puertas y el ventanal
Sin tomar en cuenta al hermoso sabor
De tus labios en los míos, salvándolos.

Quise detenerme por un largo tiempo
A tomar una siesta para ya no sentir la vida,
Para dejar de sentirla dentro de mi cuerpo
Y hacerla pasar por mi causa perdida
Para que no se notara mi martirio.
Sin embargo tus labios sobre los míos
Hicieron a mis pies llegar al suelo
Y sentí de la tierra un extraño frio
Con el que gané, en victoria, el duelo
Que tuve con la cabeza necia que soy.

Dormía, roncaba despierta, tenía pesadillas
A plena luz de cada medio día de este invierno.
Dormía tan profundo y soñaba que mi silla
Me dejaba caer en tal abismo eterno.
Y tu sábana de piel en la distancia
Me despertó, me movió, me besó el alma
Con la necesitada y escasa gracia
Que brota de cada señal de calma…

Ahora mi almohada me recuerda pensar
En besos, en el rostro, en la sonrisa,
En la piel, en las palabras, el abrazar,
En el aliento que la vida me ofrece bajo la frisa
A cada momento que puedo escuchar
A tu voz haciéndome creer otra vez en la vida.