Casi, casi

Mi vicio de querer que pienses como yo
es un hueco en los días ordinarios
en que ni el liviano peso del calendario
hace posible que encuentre lo bello
entre los pasos falsos que siento dar.

Mi casi necesidad de verte como quiero
es un dilema entre mis ideas y la realidad,
que es solo la tuya, solo la que puedo
conseguir en tu mirada y en tu humanidad,
es un dilema entre los besos y el latir
del corazón que te llevas con esa seguridad
cada vez que las despedidas quieren venir
y llevarse nuestro tiempo a la distancia...

Mi casi deseo de que me digas lo que necesito
escuchar cuando siento que todas las demás
son más hermosas que yo, que son lo más bonito
que se ve en muchas distancia, se que no dirás
y de momentos lo comprendo y dejo de desear
tantas cosas que no me competen desear tanto
porque las prioridades se hacen distintas,
y las necesidades al igual que el motivo de llanto.

Entre tanto que es casi lo que soy o siento ser,
entre tantas cosas en que casi puedo pensar o creer,
entre mis casi llantos que son quejas desviadas,
entre mis bendiciones y mis ganas de estar sentada
en tu mesa cada día de desayuno, entre lo que casi tengo
está tu ser, casi como algo tan perfecto que amar tengo.