Pre-fase del medio día

Un nuevo ritmo para ser y estar;
he amanecido con ansias necias
de ver como se espera sin contar
ni un minuto ni segundos secos.
No hay tal espera solo la de amar,
amar la gente con sus afanes huecos,
amar la existencia y mirar la luz,
amar la circunstancia en que no peco,
amar mi libertad y amar de azul,
amar de blanco, de negro y tenue,
amar estar sentada en un café
con poca gente, en realidad muy poca
y soy como una madrugada con fe
tan visible que pasa desapercibida
y respiro con ruido y hasta mi boca
es sonido de la espera y la ida,
la verdad y la venida tan sufrida
de la lluvia. Quiero y le deseo
que caiga dentro de las nubes
y le quiero fuera para que Morfeo
no existiendo me deje de amenazar cuando
sube la marea de mis párpados cansados
y me amenaza en la espera con sentir la culpa
si quiebra el silencio y pasa el bus amarillo
y hasta tarde o hasta pronto; solo espero...