9:20, 1:00

Hay un silencio tan horrible en el corto pasillo de la casa. Las esquinas ya no saben a gloria en el vacío de la alacena, porque simplemente algo está faltando. La luna se ha tragado la mitad de los seres que yo solía ver a diario. Ahora solamente llego a imaginar que sus sonrisas están tan cerca aunque las horas se hayan llevado un poco distantes sus mejillas y sus dientes. -"¿Qué es ese olor?"- llego a preguntarle a mi conciencia, me responde que es el aroma sublime de la nostalgia que hoy nace en mi ventana a media noche. Y desde luego el refrigerador tiene algo de comida porque ya no hay quien la consuma en un par de horas. Y desde luego estoy tan segura de que todo comenzará a ser más duradero, todo menos la plena felicidad.