Y siempre voy a esperar

Te he sabido esperar en esta banca
y en pie sobre el suelo de las aceras
del pueblo. Te he esperado sonriendo
y también llorando. Has estado cerca
y lejos mientras mi cuerpo te espera
quizá temblando de frío o hirviendo
en el calor de cualquier enojo, eva-
porado de repente en tus labios; besos.

He esperado que se acabe la semana
para alcanzar a correr a tus brazos.
He sabido esperar más de siete días,
han sido hasta nueve, quizás escasos
llegan a diez y enloquezco de furia,
pero todo se evapora con tus labios;
besos, en las mejillas y en la boca.

Esperando he estado por minutos
algunos viernes, con la ropa puesta,
con ropa nueva y un par de nuevos
zapatos, nuevos olores y me pregunto
si es lo que esperabas al llegar a mi puerta
Me he comido las uñas y les he sacado
el esmalte que de vez en vez unto
sobre ellas para que luzcan hermosas
cuando lleguen frente a tus ojos.
He sabido esperarte muchas veces,
espero aún que llames cada noche,
espero aún que me sorprendas con rojos
pétalos de rosas clásicas en la ventana.
Espero aún seguir esperándote en silencio
sin que sepas que te espero de mañana,
de tarde, de noche y de madrugada.
Espero que tu también me esperes presente
cada vez que llegas y que llegues sin avisar
cualquiera de éstos días y espero que sepas
que amo las sorpresas, me gustan mucho.