Apreciación subjetiva

Primeramente has pensado que morir es una alternativa casi perfecta y miras al espejo para aprender a mirarte. Por segunda idea conoces esas ganas tan inmensas de correr y correr, pero con solo pensarlo te fatigas y desistes. Entonces concluyes caminar mientras sobrevives, y escondes tu alma en un pote de cristal para que todos la vean, te exhibes, te donas simplemente para que todos te asesinen, y así  no tener nada de culpa. Felicitaciones, has encontrado el rumbo perfecto para quedar en ridículo ante los sabios, pero ante la masa vacía, que es la mayoría del mundo, eres lo más bueno que haya existido en alguna avenida conocida. Después de tanto haber intentado conseguir que todos te hicieran morir descubres un beso, descubres una sonrisa, descubres un abrazo y hasta una canción que, de repente, te hacen sentir como que hay algo que tiene mucho sentido y quieres cubrir tu alma. Me da tanta pena que ahora parezcas un fantasma, que nadie vea lo que has encontrado, y que ya tu alma sea un patrimonio; no se vende, no se regala, no se usa, no te pertenece, pero entretiene a todos. Mírate, ya lo has perdido casi todo, ya has perdido tantas cosas que las que encuentras parecen nada. Ya obtuviste lo que tanto deseaste y el Universo te permitió alcanzarlo. Ya has muerto. Ya no pareces existir. ¿Ahora qué? ¿Tienes dinero suficiente para comprar un alma nueva y una nueva reputación?