Se que intercambiaremos desde hoy
un par de sonrisas, algunas miradas
y hasta un toque de latidos acelerados,
pero ya no te llamo amor, alejados
seguiremos, decidí no morir, me voy.
Tengo mil cosas sin descubrir, aún.
Me voy y ya las llaves que dejé afuera
no te servirán de nada, ya no espero,
se que no vas a regresar, pero no moriré
mientras tú bailas sin juicio por el mundo.
No moriré mientras intentas crecer un poco.
Ya soy grande, tengo diamantes por pulir.
Ya soy libre y no tienes regreso, es el fin.
Nadie ha perdido tanto desde hoy...
Seremos dos extraños que se conocen bien,
dos amigos que se desconocen todo.
Me voy porque ya entendí que no regresas,
pero me voy conociendo que perdí tiempo
haciéndole plegarias a lo divino por tu regreso,
que perdí mi tiempo al desviarme de mi luz
y que me perdí a mí por tanto tiempo
por aferrarme a tu humanidad, que ciertamente,
no puede ofrecerle la felicidad a nadie, ni a mí
aún cuando eras una de mis razones favoritas
para reír. Me voy sabiendo todo lo que perdí,
pero sabiendo también que me espera
un sol de cada día, una sonrisa y un nuevo amor.
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