Tengo lo que siempre quise,
regresaste hoy que tengo sed
y me das algo de aguas turbias,
pero al menos no es desierto
lo que cruzo mientras sostengo
tu mano y tus mejillas hermosas.
Gracias por tu compasión
y por tu conspiración a mi muerte
porque yo no debía irme.
Mi más ingenua gratitud a ti,
que vienes desde lejos a buscar
un abrazo, unas buenas noches,
una salida, un par de besos y
mi sonrisa, sin que yo lo pida.
Prometo garantías para ti,
votaré por quien quieras tú,
porque me sacaste de la mugre
y sin yo pedirlo azulaste
mi conciencia y mis latidos.
Renunciaré a mis veintisiete
en los días de cada mes. Ya,
prometo no pensar en el regreso
de mis rosas con espinas negras.
Acepto tus tulipanes y tus lirios
que no me lastiman, ni me duelen.
Gracias por regresar y robarme
uno, dos, tres, cuatro besos
de esos que nos dimos al irme
entre los meses y los años
que siempre volteamos el uno
sin el otro, perteneciéndonos...
No comments:
Post a Comment