He visto volar a las cotorras
con toda la libertad posible
bajo sus alas casi extintas.
Encontré bajo los árboles
una promesa que cumplir,
aunque no es mía, sino que es
del mundo; amar sin importar
cuantos tajos demande ir
a buscar almas que deseen
un poco de mi entrega para sí.
Vi las cotorras volando así
entre ramas, sobre mi cabeza,
bajo el sol y en el viento.
Eran quizá presas de su vida
casi extinta, por demás, pero
brillaban aún en peligro,
brillaban aún con esperanzas
de poder darle al orbe
la gracia de tener su belleza
rondando los palmares.
Nota: Cuando sientas que se te expira el aliento y las cargas pesen tanto. Cuando tropiezas y caes. Cuando tus rodillas estén en el suelo y te sientas al borde de la desesperación, piensa en las cotorras casi extintas que siguen volando. No desisten. Piensa en tu victoria ya está completa del otro lado.
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